miércoles, 21 de diciembre de 2016

Victoria en el instituto Arabuleila. ¡No más impedimentos para organizarnos!

En el mes de noviembre, diferentes estudiantes del instituto Arabuleila de Cullar Vega decidimos que no podíamos mantenernos imparciales ante todo el proceso de privatización que vive actualmente nuestra educación pública. Decidimos, pues, constituir una sección sindical de la Coordinadora Sindical Estudiantil en nuestro centro y empezar a luchar por mejorar nuestras condiciones para estudiar.

Decidimos que era imprescindible para la lucha por la escuela pública que construyéramos la huelga del 24 de noviembre en nuestro instituto. Y, de hecho, la gran victoria obtenida echando atrás las reválidas ha demostrado que fue una decisión correcta.

Montamos una asamblea en un recreo para informar de esta convocatoria, con una gran asistencia por parte de nuestras compañeras de clase, donde vinieron compañeras del sindicato que no eran estudiantes del centro. Conseguirlo fue difícil, aunque gracias a la presión de la existencia de una huelga estudiantil, la dirección cedió y nos permitió ejercer nuestro derecho a reunión.

Sin embargo, cuando quisimos después de la huelga ejercer de nuevo este derecho para hacer un balance de lo que supuso esta convocatoria y analizar también la victoria conseguida, la dirección del instituto no nos permitió celebrar la asamblea y tampoco que nuestras representantes del sindicato asistieran por ser ajenas al instituto.

Pero lo teníamos claro, la historia siempre lo ha demostrado. Que un derecho se pueda ejercer y sea respetado no depende únicamente de estar reconocido. El hecho de respetarlo depende siempre de la capacidad de defenderlo que se tenga. Nos pusimos, pues, a movilizar a nuestras compañeras de clase: recogida de firmas, reparto de panfletos denunciando la situación, contacto con el AMPA y una solicitud de reunión a la dirección del instituto para plantearle las demandas por las que íbamos a pelear.

En cuanto la dirección notó lo bien recibida que era la reivindicación, dio un paso atrás y se comprometió a permitirnos ejercer nuestro derecho de reunión sin el más mínimo inconveniente.

Sin duda, nos parece toda una victoria para las estudiantes el conseguir reunirnos con plena libertad y en las condiciones que creamos oportunas, así que una vez más hemos vuelto a demostrar que es la lucha y la movilización la única forma de mejorar nuestras condiciones de vida.

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