miércoles, 24 de febrero de 2016

POR UN MÁSTER DE EDUCACIÓN ÚTIL PARA TOD@S

Este es el séptimo año en el que la Universidad de Granada imparte el máster de profesorado de Educación Secundaria. Año tras año las quejas, tanto de una parte del profesorado como de la mayoría del alumnado, son continuas. Cuestiones tan elementales como la definición de los horarios, la plantilla de docentes o los centros donde se impartirán los módulos son improvisados y en último momento. Por si todo lo que se ha ido acumulando año a año fuese poco, durante el presente curso nos encontramos con grupos con más de 60 alumn@s, algo que hace completamente imposible una formación profunda y compartida.
Un grupo de alumn@s de diferentes grupos del máster de profesorado hemos llegado a la conclusión de que esta situación es insostenible. No entendemos cómo un máster de estas características puede considerarse un mero trámite, en el cual no es prioritaria la formación que recibimos sino simplemente tenernos durante un año yendo a clases magistrales obligatorias y haciendo tareas, que en la mayoría de los casos son tediosas y poco útiles para nuestra futura dedicación docente.
No nos vamos a quedar callad@s, soportando y esperando a que acabe el máster. Creemos que no es justo ni para nosotr@s mism@s como futur@s docentes, ni para el alumnado al que le impartamos clase, ni para las generaciones de estudiantes que  llegarán al máster los próximos años.
Las quejas que hemos escuchado durante el transcurso de nuestras propias clases han sido muchas, pensamos que algunas de éstas recogen el sentir general de gran parte del alumnado del máster:
1)      El profesorado, las facultades dónde se impartan las clases, la duración de los módulos, el sistema y actividades de evaluación y el horario deben estar definidos desde septiembre. Es inconcebible que haya módulos en los cuales una semana antes de su inicio no está definido ni el profesorado. En varios módulos hemos visto cómo algun@s profesor@s no se han preparado el temario o no han tenido la posibilidad de adaptarlo, no por incompetencia sino por simple falta de previsión.
2)      Menos enfoque teórico y más enfoque práctico. A nivel formativo el máster está proyectado a ser profesionalizante, esto significa que nos tiene que ser útil para nuestra práctica docente en el futuro. La realidad es que nos encontramos clase tras clase, salvo en honrosas excepciones, un profesorado formado en materias teóricas y de investigación pero en muchos casos alejad@s de la dedicación docente en secundaria. No entendemos cómo es posible que nos formen para dar clase en institutos profesionales de la investigación y la docencia universitaria que no han impartido clase jamás en un centro de secundaria.
3)      Más tareas cualitativas y menos cuantitativas. En varios módulos nos hemos visto en la situación de hacer un trabajo detrás de otro. Trabajos que en la mayoría de los casos son de poca utilidad pedagógica para nosotr@s, ya que nos obligan a dedicar una buena parte de nuestro tiempo a tareas poco reflexivas pero de una extensión desproporcionada.
4)      Eliminación del módulo complementos de la formación de los créditos obligatorios del máster. Condensar nuestras carreras previas en unas pocas clases no tiene ninguna utilidad docente. Hay fórmulas alternativas para que las personas que no son directamente de la especialidad puedan formarse, como puede ser promocionar el módulo como créditos de libre disposición u optativo.
5)      Menos alum@s por clase. En algunos grupos estamos más de 60 alumn@s. La titulación de máster está concebida, se supone, para garantizar una formación profunda sobre determinados ámbitos, en nuestro caso la docencia en secundaria. La realidad es que con 60 alumn@s por clase la formación es mucho más dispersa, la relación profesor-alumn@ es prácticamente inexistente y la posibilidad de compartir experiencias entre compañer@s es imposible.
6)      Eliminación de la obligatoriedad de la asistencia. Hemos escuchado en muchas ocasiones que el máster es presencial y que eso significa que la asistencia es obligatoria. La realidad de much@s estudiantes del máster es que trabajan o tienen dedicaciones familiares que dificultan la asistencia. El hecho de que el máster sea un trámite obligatorio para poder presentarse a las oposiciones tiene que traducirse en una mayor flexibilidad para compatibilizarlo con otras ocupaciones.
7)      Atención a la diversidad como módulo obligatorio. Nos vamos encontrar en el aula con situaciones muy difíciles de afrontar sin tener una formación previa. Creemos que el máster debería dedicar una parte de la formación obligatoria a la gestión de la diversidad y del potencial de la misma en los centros educativos de secundaria.
Pensamos que ésta es una lista de mínimos que deberían cumplirse en el máster de educación secundaria. Sabemos que algunos de estos puntos no son competencia directa de la Universidad de Granada, exigimos aún así que la UGR se oponga públicamente y se posicione del lado de l@s estudiantes y del profesorado del máster de secundaria y no del bando de l@s que quieren convertir esto en un negocio o un trámite con el que filtrar a las personas que se presenten a las oposiciones.

Garantizar una educación pública y de calidad implica formar a profesionales competentes y conscientes de la tarea que tienen por delante. El alumnado que pasará por nuestras aulas no se merece que nuestra formación haya sido minusvalorada por las distintas administraciones. Nuestra tarea como futur@s profesor@s es y será defender la educación pública de los poderes que intentan convertirla en el negocio de unos pocos. Por ello, creemos que como estudiantes de este máster o futur@s estudiantes de éste máster nuestra tarea es visibilizar públicamente esta situación y pelear porque esta inercia no siga hacia adelante como si nada.

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