En el mes de noviembre, diferentes estudiantes del instituto
Arabuleila de Cullar Vega decidimos que no podíamos mantenernos
imparciales ante todo el proceso de privatización que vive
actualmente nuestra educación pública. Decidimos, pues, constituir
una sección sindical de la Coordinadora Sindical Estudiantil en
nuestro centro y empezar a luchar por mejorar nuestras condiciones
para estudiar.
Decidimos que era imprescindible para la lucha por la escuela pública
que construyéramos la huelga del 24 de noviembre en nuestro
instituto. Y, de hecho, la gran victoria obtenida echando atrás las
reválidas ha demostrado que fue una decisión correcta.
Montamos una asamblea en un recreo para informar de esta
convocatoria, con una gran asistencia por parte de nuestras
compañeras de clase, donde vinieron compañeras del sindicato que no
eran estudiantes del centro. Conseguirlo fue difícil, aunque gracias
a la presión de la existencia de una huelga estudiantil, la
dirección cedió y nos permitió ejercer nuestro derecho a reunión.
Sin embargo, cuando quisimos después de la huelga ejercer de nuevo
este derecho para hacer un balance de lo que supuso esta convocatoria
y analizar también la victoria conseguida, la dirección del
instituto no nos permitió celebrar la asamblea y tampoco que
nuestras representantes del sindicato asistieran por ser ajenas al
instituto.
Pero lo teníamos claro, la historia siempre lo ha demostrado. Que un
derecho se pueda ejercer y sea respetado no depende únicamente de
estar reconocido. El hecho de respetarlo depende siempre de la
capacidad de defenderlo que se tenga. Nos pusimos, pues, a movilizar a
nuestras compañeras de clase: recogida de firmas, reparto de
panfletos denunciando la situación, contacto con el AMPA y una
solicitud de reunión a la dirección del instituto para plantearle
las demandas por las que íbamos a pelear.
En cuanto la dirección notó lo bien recibida que era la
reivindicación, dio un paso atrás y se comprometió a permitirnos
ejercer nuestro derecho de reunión sin el más mínimo
inconveniente.
Sin duda, nos parece toda una victoria para las estudiantes el
conseguir reunirnos con plena libertad y en las condiciones que
creamos oportunas, así que una vez más hemos vuelto a demostrar que
es la lucha y la movilización la única forma de mejorar nuestras
condiciones de vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Sé respetuoso y habla del tema de la entrada en cuestión.