1. INTRODUCCIÓN
Desde la Coordinadora
Sindical Estudiantil queremos analizar a la par que celebrar
la victoria que el movimiento estudiantil y sus organizaciones han conseguido
tras la última huelga del 24N. Tras años de constante movilización contra los
diferentes ataques que los y las estudiantes y la educación pública han
sufrido, parece que, de forma tímida se empiezan a obtener victorias.
Desde
que comenzó la crisis económica, dichos ataques se han ido acentuando (éstos
empezaron mucho antes). La bestial subida de tasas en las universidades
públicas con más de 120.000 expulsadxs ya por esta razón, la LOMCE , las reválidas, los
recortes presupuestarios que conllevan el despido de más de 20.000 docentes y
personal educativo son solo las puntas de lanza de una política que a largo
plazo lo que busca es privatizar en mayor grado la educación, mercantilizarla y
hacerla menos accesible en sus niveles superiores a los hijos e hijas de la
clase trabajadora para fomentar una división del trabajo aún más desigual.
A estos
ataques el movimiento estudiantil ha respondido de manera desigual a lo largo
del tiempo, nivel educativo y de la geografía del estado. Ha habido con la aprobación
de cada decreto una serie de huelgas y movilizaciones de carácter masivo que
después se han “desinflado” o quedado sin perspectivas por diferentes defectos
de los que adolece el movimiento estudiantil.
Por un
lado, a pesar de la masividad de las movilizaciones, éstas no han sido capaces
aún de generar marcos y aprendizaje de autoorganización que puedan superar a
las estructuras estudiantiles existentes y por tanto puedan dar un carácter
realmente masivo y sostenible en el tiempo a la movilización.
Por
otro lado, si bien las organizaciones estudiantiles más activas han crecido a
lo largo de todas estas peleas tanto cuantitativa como cualitativamente, éstas
aún siguen con la asignatura pendiente de la coordinación en la intervención
del movimiento estudiantil y la elaboración conjunta de una hoja de ruta para
las reivindicaciones del movimiento.
Además,
pocas de ellas siguieron movilizando durante el periodo electoral, fruto en
parte de la esperanza y dedicación a que hubiera un posible gobierno alternativo,
lo cual mermó bastante la capacidad del movimiento estudiantil de dar saltos
hacia delante. De cara al futuro, es importante decir alto y claro que, como
acabamos de comprobar y es norma a lo largo de la historia, es mediante la
movilización sostenida como los y las estudiantes podemos conseguir la
educación que necesitamos. Es necesario recordar que “gobierne quien gobierne” seguiremos luchando.
Es más,
parte de la reciente victoria del movimiento estudiantil se da gracias a que,
como lucha social, no se paraliza del todo durante el periodo de mayor
debilidad institucional.
2. HUELGAS 26-O Y 24-N, REVÁLIDAS Y LOMCE
Este
curso 2016/17 comenzaba con la aprobación del decreto de las reválidas, las
cuales amenazaban con dejar sin título de ESO y bachiller a miles de
estudiantes en los próximos cursos y a realizar un examen con un contenido sin
determinar hasta bien avanzado el curso a los y las estudiantes que quisieran
acceder a la universidad.
Pero
además, a nivel institucional comenzaba con la formación de un nuevo gobierno
del PP en minoría. Ello daba muestra de una debilidad institucional mayor que,
tras un periodo electoral donde diferentes fuerzas con capacidad de
movilización en todos los sectores, “animaba” a la movilización.
De
hecho, se convocaba desde mediados de septiembre por parte del SE a la huelga
general estudiantil el 26 de octubre, siendo después ésta una fecha de huelga
educativa con la adhesión de diferentes sindicatos de docentes de forma
desigual a lo largo del estado. Dicha fecha de huelga deja a lo largo del
estado manifestaciones y movilizaciones masivas y supone el primer golpe de
masas para el recién estrenado gobierno.
Tras el
éxito de dicha movilización, desde el Sindicato de Estudiantes se convoca una
nueva fecha de huelga estudiantil el 24 de noviembre. Dicha fecha deja atrás a
los sindicatos docentes por su falta de combatividad y capacidad de
movilización, así como a parte de los agentes estudiantiles que en la anterior
convocatoria habían construido la huelga.
Aún con
todo, la movilización vuelve a mostrar que el rechazo a las políticas de
recortes y privatización es importante en el estudiantado y que, en concreto,
el sector de enseñanzas medias rechaza y se moviliza contra las nuevas
“reválidas”. A los pocos días, una reunión entre el ministro y los y las
consejeras de educación de las diferentes comunidades autónomas se resolvía con
el paso atrás por parte del gobierno en las reválidas y algunos aspectos de la
LOMCE.
En
concreto, las reválidas de la ESO y la educación primaria pasarán a ser
solamente consultivas y no se realizarán más que en una muestra de centros
educativos. Además, tanto éstas como las de bachiller dejarán de tener
definitivamente efectos académicos (el suspenso de la prueba no dejará sin
título a los y las estudiantes). La prueba de 2º de bachiller queda bastante
parecida a la selectividad, siendo una prueba compuesta por 6 exámenes de
asignaturas exclusivamente de este curso. Concretamente, 4 materias troncales
comunes (historia de España, Lengua, primer idioma extranjero y matemáticas,
latín, matemáticas aplicadas a las ciencias sociales o fundamentos del arte,
dependiendo del bachiller) y 2 troncales propias del bachiller. Dichos exámenes
suman 14 puntos (dependiendo de la titulación a la que se quiera acceder como
pasaba hasta ahora) y serán los que den acceso a cualquier universidad estatal.
Dichos
exámenes se realizarán como hasta ahora, en junio y septiembre, teniendo éstos
una duración de 60 minutos (4ºESO) y 90 (2ºbachiller) con 15 y 20 minutos de
descanso mínimo entre ellos respectivamente.
En resumen, tras dos huelgas estudiantiles
en este curso, el gobierno echa atrás los efectos académicos de las reválidas (condicionar
a su superación la obtención de título),
la gestión privada y externa de las pruebas (será cada universidad la que
realice las pruebas en su distrito en base a los criterios ministeriales), se recupera el único examen de acceso y a
nivel estatal, con contenidos únicamente de 2º de bachiller y de 4º de la ESO (siendo
además las de la ESO solo muestrales en un puñado de centros) y se eliminan algunos aspectos de la LOMCE
como por ejemplo la no titulación del graduado en ESO de la FP básica (ahora
si obtendrán el título) o los diferentes
itinerarios de los graduados en ESO (siendo ahora el mismo título para
todas las modalidades y con los mismos “derechos” de seguir estudiando).
3. PERSPECTIVAS
Esta
victoria, seguramente temporal hasta que un nuevo pacto de estado por la
educación que unifique a PP, C’s y PSOE vuelva a poner en el punto de mira las
medidas echadas atrás, es y ha sido fruto de múltiples movilizaciones en el
sector estudiantil. Es el movimiento estudiantil la única lucha que se ha
mantenido en tensión de manera regular (aunque como es obvio, con alzas y bajas
en la movilización) y es por ello que este nuevo gobierno en minoría ha tenido
que empezar a ceder con el sector que más se ha movilizado.
Es la
organización del estudiantado, el debate y reflexión colectiva para la lucha
continuada lo que permite a los y las estudiantes obtener las condiciones de
estudio y de vida que necesitan y merecen.
Pero la
lucha ni mucho menos acaba aquí. Esta victoria nos debe hacer más y más
fuertes. Nos ha de dar impulso para derogar del todo la LOMCE, el 3+2, los
recortes, los despidos y plantar cara a una más que probable ley injusta fruto
del, tan aclamado por algunos, pacto de estado.
Tenemos
que ser muchos más en cada clase, en cada instituto, en cada facultad. Más
estudiantes que pelean de manera organizada y permanente por sus derechos y sus
condiciones de estudio. Pero también tenemos que ser “mejores”. Mejores a la
hora de poder converger en dicha lucha todas las organizaciones que hemos
contribuido a esta victoria.
Es
necesario que todas las organizaciones estudiantiles a nivel estatal, nacional,
regional y local se encuentren para afrontar de manera conjunta este nuevo
periodo que parece abrirse en el movimiento estudiantil. Es necesario que
dichas organizaciones acuerden un programa de movilización conjunto que además
su elaboración y puesta en práctica sea llevada a cabo por el máximo número de
estudiantes, pertenezcan éstos a alguna organización estudiantil o no. Hemos de
superar las dinámicas sectarias y de autoconstrucción por parte de algunas
organizaciones estudiantiles para poder fortalecer la intervención en el
conjunto del movimiento.
LA LUCHA ES EL ÚNICO CAMINO, LAS REVÁLIDAS
SOLO HAN SIDO EL PRINCIPIO. SIGAMOS LUCHANDO, SIGAMOS GANANDO
Coordinadora Sindical Estudiantil
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