Desde la Coordinadora Sindical Estudiantil nos
definimos como feministas y pensamos que esto implica, no sólo intentar
introducir la perspectiva de género en todo lo que hacemos y luchar por
identificar y eliminar los micromachismos que se dan en nuestra organización,
sino también solidarizarnos y participar en
las movilizaciones que impulsa el movimiento feminista tanto a nivel
estatal como a nivel local. Del mismo modo que apoyamos la Marcha Estatal
contra las violencias machistas que tuvo lugar el pasado 7N en Madrid, llamamos
a toda la población en general y a la comunidad educativa en particular a
participar en la manifestación que tendrá lugar el próximo 25-N (Día
internacional contra la violencia de género), porque pensamos que la violencia
machista es un problema social profundamente arraigado en nuestro sistema
social y político que requiere de una respuesta por parte de toda la población.
Esta respuesta se hace todavía más necesaria
si tenemos en cuenta que a pesar de la demostración de fuerza que supuso la
gran movilización del 7N, en solo una semana ocho mujeres más han sido
asesinadas, ascendiendo el total a 59 según las cifras que baraja la Asamblea
Feminista Unitaria (según la última actualización de las cifras oficiales
serían sólo 49 las mujeres asesinadas, más cuatro casos que se encuentran en
investigación). Estos últimos asesinatos demuestran que al patriarcado no se le combate solamente desde la condena
institucional, ni tampoco saliendo a la calle un solo día al año.
Además destacamos que en la lucha contra el
patriarcado es indispensable reconocer otras formas de violencia que no sólo no
generan el rechazo social que sí muestran las manifestaciones más extremas de
violencia, si no que a menudo pasan desapercibidas o son incluso negadas. Por
ello desde la Coordinadora Sindical Estudiantil lanzamos una campaña que
pretende visibilizar diferentes formas de violencia que sufrimos las mujeres
por el hecho de serlo, y especialmente aquellas que son más visible en nuestro
realidad como estudiantes.
La objetivización y cosificación de nuestros
cuerpos que la publicidad utiliza como estrategia de marketing y que llega a
los tablones de nuestras facultades en forma de carteles de pubs y discoteca; la
infrarrepresentación de las mujeres en los puestos de poder que se muestra
claramente si observamos el porcentaje de hombres y mujeres en los puestos de
decanx y directorx de departamento. La desigual distribución de hombres y
mujeres en algunas carreras (fundamentalmente las técnicas más masculinizadas y
las relacionadas con los cuidados más feminizadas); los chistes y comentarios
sexistas y homófobos que escuchamos diariamente por parte de profesorxs y
compañerxs… tan son sólo algunos ejemplos de estas violencias que perpetúan la
desigualdad de poder entre hombres y mujeres.
Por ello animamos a todas las estudiantes a
denunciar todas estas violencias que sufrimos diariamente poniéndose en
contacto con nosotras y través de las redes sociales utilizando el hashtag #MachismoEs.
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