Señor Presidente, concluyamos, que es tiempo.
Yo acuso al Ministro de Educación, Ignacio Wert, por imponer las leyes
del mercado en ámbitos educativos, por desmantelar el sistema público de
enseñanza y por impulsar y fomentar de forma intolerable las
desigualdades sociales en todos los niveles formativos. Por subir las
tasas de la Universidad hasta límites indignantes, poniendo en serio
riesgo la justicia social. Por insultar y maltratar a los trabajadores y
a las trabajadoras de colegios e institutos públicos, al dar
posibilidades de gestión que dificultan la labor de este colectivo. Por
desregular las oposiciones en la mayor parte de empleos públicos
relacionados con la educación, dejando a la deriva a miles de opositores
y opositoras que verán truncadas sus posibilidades de futuro.
Yo acuso a la consejería de educación de la Junta de Andalucía que, tras
la reforma de la Ley Andaluza de Universidad en noviembre de 2011,
mostró su apoyo a la intrusión de la empresa privada en la universidad,
dándoles la potestad a estas empresas y a la banca de reconducir las
posibilidades educativas que ofertan las universidades en beneficio de
intereses privados.
Yo acuso al Alcalde de Granada, José Torres Hurtado, y al concejal de
cultura, Juan García Montero, por fomentar las élites sociales en la
ciudad de Granada, al cerrar espacios públicos destinados a la
transmisión y expansión de los bienes culturales, perdiendo, de esta
forma, el empoderamiento social que ejerce la educación sobre los
individuos.
Yo acuso al periódico Ideal y a demás medios de comunicación de corte
conservador, tanto de la ciudad de Granada, como de todo el Estado
Español por engañar, estafar y dar cobertura mediática a las políticas
neoliberales de opresión y represión social y por sesgar la verdadera
situación social y política, lucrándose y beneficiándose directa o
indirectamente.
Yo acuso al Rector de la Universidad de Granada, Francisco González
Lodeiro por colaborar en la intrusión de la empresa privada y del MADOC
dentro de la educación pública. Por intentar reprimir y silenciar todas
las voces discordantes –con él y su séquito- dentro de la Universidad.
Por no oponerse a la implantación del Plan Bolonia y por contribuir en
el desarrollo de la Estrategia de Universidad 2015.
Yo acuso al Decano de la Facultad de Psicología, Antonio Maldonado
López, por creerse el dueño de ese espacio al no permitir el libre
desarrollo de actividades de orden reivindicativo por parte del
alumnado. Por violar uno de los principios fundamentales de la
universidad pública estatal que es mantener a las fuerzas del orden
público tras las puertas de la misma; y mediante una fórmula represiva
–no educativa- echar a uno de los alumnos de la Biblioteca de su
facultad.
Yo acuso a todo el profesorado de la Universidad de Granada por la falta
de implicación, por la indiferencia y la falta de espíritu social y
democrático que demuestran al no defender, como principio fundamental,
la soberanía del alumnado dentro de la Universidad Pública y por
preocuparse únicamente de las violaciones que sufre su estamento, siendo
cómplices y partícipes del desmantelamiento de la educación pública y
de la desigualdad social que esta conlleva.
Mis acusaciones son fruto de una profunda reflexión, de la visión de un
cambio de modelo social hacia la desigualdad, la insolidaridad y la
falta de compromiso ético y moral. Por esto y por todo lo demás, hago un
llamamiento, en un afán por encaminar el planteamiento socioeconómico
hacia horizontes más justos, a la lucha social, a la lucha del espíritu y
los valores democráticos. Con el propósito de evitar que usurpadores y
oportunistas puedan pervertir el fin último de la educación.
Coordinadora Sindical Estudiantil (CSE)
22 de Abril de 2012
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