Desde hace muchos años, asistimos a la ofensiva de la patronal Europea en su voluntad de reformar la educación superior. El objetivo es claro, hacer de los estudiantes «clientes» y de los profesores «productores de clases sensibilizados a los imperativos económicos» (O.C.D.E). Por toda Europa una misma lógica: adaptar la universidad a las exigencias del mundo empresarial implantando la selección social y la elitizacion de la educación superior. Los créditos E.C.T.S son otra forma de exclusión social que plantea la declaracion de Bolonia. La elitización ya se hace con el aumento de los gastos de matrícula (en Alemania, la matrícula ha pasado de la gratuidad a 1500 euros).
¿Qué desea la patronal Europea? Precarizar todavía más a los estudiantes para hacer de estos una futura mano de obra flexible. Desde el C.S.E, pensamos que la educación es un derecho fundamental para todo el mundo. Ésta debe ser pensada como un servicio público de calidad y no como un mercado. Entonces, en ningún caso debe ser sometida a las exigencias económicas. Éste no es el papel de la universidad. Todo el mundo debe tener derecho a recibir formación científica de calidad, pública, laica y gratuita, sin tener que verse sometida a la lógica neoliberal que desarrolla desigualdades sociales. Como tal, denunciamos la falta de compromiso social del Estado, estrategia con la cual hace creer que es necesaria la implantación del capital privado en los servicios públicos.
La lucha contra la mercantilización de la universidad no es un hecho
nuevo, ya que los estudiantes se han movilizado antes de la declaración de Bolonia de 1999. Tenemos que tener claro que esta voluntad de mercantilización, no data de 1999, sino de mucho antes (desde los años 80); Bolonia es solamente un instrumento más eficaz para la patronal para implantar sus intereses en la universidad. Por ejemplo en 1986, los estudiantes franceses se movilizaron contra la ley Devaquet que implantaba la mercantilización de la universidad. Gracias a un movimiento fuerte y masivo, esta ley fue retirada. Podemos dar otros ejemplos de luchas: en 2001 en España contra la L.O.U, en 2002 en Francia contra el L.M.D-E.C.T.S. En Grecia, en 2006-2007, se ha dado un movimiento social masivo contra una reforma constitucional que debía permitir la implantación de las sagradas palabras de Bolonia. Este movimiento fue una victoria, ya que Grecia es hoy día el unico país donde el plan Bolonia no está aplicado.
Este año, las luchas contra las reformas universitarias se reactivan.
En Sevilla y en Barcelona se han montado manifestaciones y una voluntad de coordinar las luchas a un nivel más amplio. Esta manifestación del 24 de abril entra en este marco: si nuestro objetivo común es parar Bolonia, entonces debemos coordinar nuestras luchas en el marco más amplio posible; al nivel andaluz, español, pero sobre todo a nivel europeo, ya que Bolonia dirige su ofensiva en este marco con el Espacio Europeo de Educacion Superior. Si queremos realmente parar Bolonia, la lucha no puede mantenerse solamente a escala local, por eso insistimos sobre la importancia de coordinar nuestras acciones. De hecho, esta manifestación debe ser pensada como un primer paso para la construcción y ampliación de la lucha. Pero no tenemos que engañarnos, no vamos a parar el proceso de Bolonia con algunas manifestaciones, ni con algunas acciones de cualquier tipo.
Para crear y amplificar un movimiento social auto-organizado, el C.S.E llama a la creaciones de asambleas generales soberanas en todas las facultades, mediante la unión de todas las organizaciones, asociaciones y grupos de trabajo, condición fundamental para conseguir crear un movimiento fuerte y legítimo que pueda luchar contra el proceso de Bolonia, la L.O.U y los reales decretos. El C.S.E, que se identifica como un sindicato de lucha, tiene como papel de desarrollar la auto-organización de esta lucha. Pensamos entonces que para crear una relación de fuerza amplia y masiva es necesaria la construcción de un frente común coordinado al nivel más amplio.
¿Qué desea la patronal Europea? Precarizar todavía más a los estudiantes para hacer de estos una futura mano de obra flexible. Desde el C.S.E, pensamos que la educación es un derecho fundamental para todo el mundo. Ésta debe ser pensada como un servicio público de calidad y no como un mercado. Entonces, en ningún caso debe ser sometida a las exigencias económicas. Éste no es el papel de la universidad. Todo el mundo debe tener derecho a recibir formación científica de calidad, pública, laica y gratuita, sin tener que verse sometida a la lógica neoliberal que desarrolla desigualdades sociales. Como tal, denunciamos la falta de compromiso social del Estado, estrategia con la cual hace creer que es necesaria la implantación del capital privado en los servicios públicos.
La lucha contra la mercantilización de la universidad no es un hecho
nuevo, ya que los estudiantes se han movilizado antes de la declaración de Bolonia de 1999. Tenemos que tener claro que esta voluntad de mercantilización, no data de 1999, sino de mucho antes (desde los años 80); Bolonia es solamente un instrumento más eficaz para la patronal para implantar sus intereses en la universidad. Por ejemplo en 1986, los estudiantes franceses se movilizaron contra la ley Devaquet que implantaba la mercantilización de la universidad. Gracias a un movimiento fuerte y masivo, esta ley fue retirada. Podemos dar otros ejemplos de luchas: en 2001 en España contra la L.O.U, en 2002 en Francia contra el L.M.D-E.C.T.S. En Grecia, en 2006-2007, se ha dado un movimiento social masivo contra una reforma constitucional que debía permitir la implantación de las sagradas palabras de Bolonia. Este movimiento fue una victoria, ya que Grecia es hoy día el unico país donde el plan Bolonia no está aplicado.
Este año, las luchas contra las reformas universitarias se reactivan.
En Sevilla y en Barcelona se han montado manifestaciones y una voluntad de coordinar las luchas a un nivel más amplio. Esta manifestación del 24 de abril entra en este marco: si nuestro objetivo común es parar Bolonia, entonces debemos coordinar nuestras luchas en el marco más amplio posible; al nivel andaluz, español, pero sobre todo a nivel europeo, ya que Bolonia dirige su ofensiva en este marco con el Espacio Europeo de Educacion Superior. Si queremos realmente parar Bolonia, la lucha no puede mantenerse solamente a escala local, por eso insistimos sobre la importancia de coordinar nuestras acciones. De hecho, esta manifestación debe ser pensada como un primer paso para la construcción y ampliación de la lucha. Pero no tenemos que engañarnos, no vamos a parar el proceso de Bolonia con algunas manifestaciones, ni con algunas acciones de cualquier tipo.
Para crear y amplificar un movimiento social auto-organizado, el C.S.E llama a la creaciones de asambleas generales soberanas en todas las facultades, mediante la unión de todas las organizaciones, asociaciones y grupos de trabajo, condición fundamental para conseguir crear un movimiento fuerte y legítimo que pueda luchar contra el proceso de Bolonia, la L.O.U y los reales decretos. El C.S.E, que se identifica como un sindicato de lucha, tiene como papel de desarrollar la auto-organización de esta lucha. Pensamos entonces que para crear una relación de fuerza amplia y masiva es necesaria la construcción de un frente común coordinado al nivel más amplio.
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